Muchas veces no entendemos situaciones que nos pasan a diario en nuestro entorno, recientemente tengo nuevas compañeras de trabajo, entre ellas conocí a Jacquelyn Nivar al conversar un poco en lo que nos vamos conociendo sale a relucir el tema de los hijos, Oh Sorpresa!!! Jacquelyn me dice: busca mi nombre en San Google lee mi testimonio y luego hablamos.
Aquí comparto con ustedes lo que encontré, demás esta decirles que tuvimos una conversación espectacular! Dios definitivamente me Ama..
Al casarnos Roberto y yo, una de las primeras decisiones que tomamos fue la de formar familia. Pasaron los meses y nada de concebir. Así empezaron las visitas al médico, los estudios y las pruebas, cambio de doctores. Siempre teníamos el mismo diagnóstico: altas algunas hormonas, que yo no ovulaba, que mi esposo tenía el conteo bajo y que por la edad, debía ir a tratamiento de fertilidad. El tiempo pasa y el reloj biológico no perdona.
Empezó la agonía, hormonas, relaciones planificadas , inseminaciones, in vitro.
Mi esposo y yo no teníamos los recursos para continuar con los tratamientos, pues a de más del costo económico, el costo emocional era mucho más elevado. Muchas personas oraban por nosotros constantemente y nuestra petición la pusimos en las manos de Dios cuya obra es perfecta. Dentro de toda la espera y las lágrimas, nos acercamos más a Dios en oración continua y obediente. Confiábamos en su providencia. Nos entregamos a la Virgen y la visitamos a Higüey constantemente. Mi oración siempre fue la misma: «que me
diera alegría en la voluntad del padre, fuese la que fuese».
diera alegría en la voluntad del padre, fuese la que fuese».
Uno de los doctores nos dijo que mi esposo debía dejar de fumar (hábito que tenía casi 30 años), lo pusimos en oración y un buen día Roberto dijo no fumo más y para la gloria de Dios así fue, dejó el cigarrillo sin ayuda médica, sin crisis, ni nada.
Dios había prometido a través de varias personas durante estos 4 años y medio que tendríamos nuestros hijos (siempre en plural, la promesa del Señor) que vendrían sanos, sus palabras eran: «no te preocupes yo les daré sus hijos y siempre escucho tu oración, tranquila eres mi hija amada».
En una visita a Sor Altagracia, orando por mí me dijo que no llorara más que pronto seríamos padres.
Un año después mientras oraba a Dios pidiendo que me escuchara, Kathy, una amiga que vive en Barbados me llamó y me dijo: «el Señor le dijo que te llamara y te dijera que él escucha tu oración que estés tranquila. Que iba a tener un sangrado muy fuerte, pero que no me preocupara. Que mis hijos estarían bien». Ocho meses después tuve un sagrado, me llevaron al médico, me dijeron que tenía un mioma, que pudo ser un aborto. Que tratáramos de hacer algún tratamiento de fertilidad lo antes posible pues el tiempo se agotaba. Recuerdo que le dije al doctor: «si es de Dios que lo hagamos el proveerá el dinero, porque para Dios no hay imposible, si él quiere que seamos padres, él lo hará sin ayuda de nadie».
Mi esposo y yo decidimos volver a hacer ejercicios por lo que nos inscribimos en una clase, y el primer día calentando, me hice un esguince en el tobillo derecho, y me acostaron 15 días, en ese tiempo sola en la casa decidí leer el libro «Mujer a ti te digo levántate», de Saulo Hidalgo, el Señor puso en mi corazón que no pidiera más ser madre y que pidiera por todas las mujeres que al igual que yo lo deseaban, así lo hice ore por 15 días sin parar por todas las mujeres que la Virgen me iba revelando. Dios es fiel y estaba cumpliendo su promesa. En ese momento, ya yo estaba embrazada y no lo sabía, de forma totalmente natural, sin tratamientos, sin medicamentos. Lo confirmamos el 20 de agosto. Fuimos a Higüey antes de decirlo a nadie a dar gracias a la Virgen y a presentar nuestro embarazo.
Dos semanas después en consulta de rutina, el doctor empieza a llorar y a reír al mismo tiempo y me dice: «Jacquelyn ¿qué fue lo que le pediste al Señor?, yo pensaba que había algo mal con el embarazo y empecé a llorar también. El doctor me dijo que Dios no solo me regalaba un hijo, me regalaba dos.
El 26 de marzo 2014 nacieron Arturo José Y Amanda María, en perfecto estado de salud, hermosos, grandes, llenos de vitalidad. Porque para Dios no hay nada imposible. Hoy celebramos el privilegio de tocar no uno si no dos milagros.
Gracias mi Señor Jesús por tu generosidad, gracias mamá María por tu amor y tu santa intercesión.
Y yo termino re confirmando que TODO va a estar bien!
hasta pronto
Mariel..